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Las Cannabis Cups: ¿Una Evaluación a la Altura del Producto?



Las Cannabis Cups suelen compararse con los grandes concursos de vinos, ya que supuestamente coronan las mejores variedades y productos derivados del cannabis.

Sin embargo, al analizar su proceso de evaluación en comparación con el mundo del vino, se evidencia una gran falta de rigor, metodología y profesionalismo.

Mientras que los sumilleres dedican años a perfeccionar su arte, los jueces de las Cannabis Cups suelen ser seleccionados bajo un único criterio: su capacidad de pagar un kit de degustación.

Los Sumilleres: Una Experiencia Perfeccionada a lo Largo de los Años

En el mundo del vino, convertirse en sumiller requiere un proceso exigente. Un profesional del vino debe completar un mínimo de siete años de formación, combinando teoría y práctica, antes de alcanzar el nivel necesario para evaluar un producto con precisión.

Esta formación incluye:

  • Conocimiento profundo sobre variedades de uva, terroirs y métodos de vinificación.

  • Entrenamiento sensorial avanzado para identificar aromas sutiles.

  • Cuidado extremo del paladar, evitando sustancias que puedan alterar su percepción (tabaco, alcohol en exceso, alimentos muy picantes o grasos).

Un sumiller profesional sigue protocolos estrictos para neutralizar su paladar entre cada degustación, asegurando una evaluación justa y precisa.

Los Jueces de las Cannabis Cups: Un Criterio de Selección Cuestionable

A diferencia de los concursos de vino, las Cannabis Cups no exigen ninguna formación previa a sus jueces.

El único requisito para participar en la mayoría de estas competiciones es comprar un kit de muestras.

Esto significa que:

  • No existe un programa de formación sensorial previo.

  • No se requiere ninguna calificación o experiencia.

  • No hay criterios objetivos para la selección de jueces.

Peor aún, estos jueces deben evaluar docenas de muestras en muy poco tiempo.

Y aquí surge un problema clave: cualquier degustador profesional sabe que la fatiga sensorial afecta la capacidad de análisis.

Con el paso de las pruebas:

  • Los receptores olfativos se saturan.

  • Los sabores se confunden.

  • El juicio se vuelve cada vez más impreciso.

La Fatiga Sensorial: Un Problema Crítico

Un sumiller protege su paladar. En una cata de vinos, prueba solo unas pocas muestras por sesión y sigue un protocolo de limpieza sensorial entre cada una.

Para reiniciar el paladar, emplea técnicas como:

  • Agua con gas.

  • Pan neutro.

  • Olores neutralizantes específicos.

En las Cannabis Cups, sin embargo, los jueces fuman múltiples variedades sin un protocolo adecuado.

Algunas competiciones sugieren oler granos de café entre muestras, pero esto no es suficiente cuando se prueban decenas de cepas en tiempo récord.

Es prácticamente imposible evaluar con precisión la complejidad de los terpenos y efectos en estas condiciones.

El Método de Consumo: Un Error Fundamental

Otro problema clave es la forma en que se evalúan las variedades.

Un sumiller no calienta su vino a temperaturas extremas para analizar sus aromas. Sigue un método estructurado para captar todas las sutilezas del producto.

En las Cannabis Cups, sin embargo, la mayoría de los jueces fuman el cannabis, lo que destruye una gran cantidad de terpenos y altera drásticamente el sabor y los efectos.

🔥 Un porro alcanza temperaturas entre 400°C y 600°C, lo que quema:

  • Terpenos esenciales para el perfil aromático.

  • Cannabinoides responsables del efecto real del producto.

La vaporización (160-220°C) permitiría una degustación mucho más precisa, pero sigue siendo poco utilizada en estas competiciones.

Para colmo, muchos jueces mezclan el cannabis con tabaco.

Esto es tan absurdo como si un sumiller agregara limonada a su vino antes de evaluarlo.

Y sin embargo, esta práctica es común en muchas Cannabis Cups.

La Influencia de los Efectos: Un Factor No Controlado

Un aspecto que rara vez se menciona es el impacto de los efectos psicoactivos en el juicio.

A diferencia del vino, donde el alcohol tarda en hacer efecto, el cannabis afecta al consumidor casi de inmediato.

Esto significa que:

  1. Si un juez prueba una variedad A, su sistema endocannabinoide se satura con un perfil de terpenos y cannabinoides específicos.

  2. Cuando prueba la variedad B, ya no sentirá sus efectos de manera pura, sino como una combinación A+B.

Esto hace que sea imposible evaluar cada cepa de manera independiente y objetiva.

Conclusión: Un Sistema que Necesita Mejoras

Las Cannabis Cups no son inútiles. Ayudan a promover nuevas genéticas y fomentan la innovación en la industria.

Pero si realmente quieren ganar credibilidad, necesitan evolucionar.

Para lograr resultados más justos y profesionales, deberían implementar medidas como:

  • Seleccionar jueces capacitados con formación sensorial rigurosa.

  • Limitar la cantidad de muestras por día para evitar la fatiga olfativa y gustativa.

  • Prohibir la combustión e imponer la vaporización como método estándar de evaluación.

  • Eliminar el tabaco del proceso, al igual que los sumilleres lo hacen con bebidas adulteradas.

  • Establecer protocolos claros para minimizar la interferencia de los efectos psicoactivos entre pruebas.

El mundo del vino ha tardado siglos en perfeccionar sus métodos de evaluación.

Si la industria del cannabis quiere ser tomada en serio, debe aplicar el mismo nivel de rigor y no conformarse con evaluaciones basadas en el consumo excesivo y la falta de profesionalismo.



 

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