top of page
Buscar

Las Sesiones: El Legado Underground del Cannabis en Los Ángeles(Los dispensarios son para los turistas)


En los callejones discretos y los almacenes ocultos de Los Ángeles, sigue prosperando un fenómeno underground que coexiste con el mercado legal: las sesiones.

Estos eventos reúnen a cultivadores, extractores y consumidores en una atmósfera que recuerda los orígenes del cannabis, mucho antes de la legalización.

A medio camino entre el mercado negro y el mercado gris, hoy en día son el símbolo de la resistencia de una red artesanal frente a una regulación asfixiante.

Pero estas sesiones, por fascinantes que sean, plantean una pregunta esencial: ¿por qué tantos consumidores y productores siguen prefiriendo este circuito alternativo al mercado regulado?

La respuesta se encuentra en una palabra: la tributación.

Un Regreso a las Raíces del Cannabis

Antes de que California legalizara el cannabis recreativo con la Prop 64 en 2016 (entró en vigor en 2018), el cultivo de esta planta era una mezcla de activismo, negocios clandestinos y saber hacer de la calle.

Era una época en la que los cultivadores vendían directamente a los dispensarios médicos bajo el régimen de la Prop 215, sin enfrentar el peso de los impuestos y las licencias.

La escena estaba dominada por cultivadores independientes, criadores apasionados y extractores talentosos que perfeccionaban sus técnicas en la oscuridad.

Con la legalización, la industria del cannabis experimentó un giro radical: licencias prohibitivas, impuestos acumulados que podían alcanzar hasta el 40-50% del precio final, y una burocracia pesada que aplastó a los pequeños productores.

¿El resultado?

Muchos se vieron obligados a regresar a sus raíces underground, y así es como las sesiones explotaron en Los Ángeles.

Hoy en día, estos eventos funcionan como una verdadera subcultura, donde la transmisión de información recuerda a las fiestas rave de los años 90. Para acceder a ellos, no hay anuncios públicos ni sitios web. Es necesario ser introducido en el círculo, conocer a las personas adecuadas y esperar a que un contacto de confianza te comparta la dirección, a menudo en el último momento a través de Telegram, Instagram o Signal.

Qué Se Encuentra en las Sesiones

Las sesiones reúnen un ecosistema diverso de entusiastas y emprendedores del cannabis:

  • Cultivadores underground: Artesanos que producen genéticas raras y flores de muy alta calidad, a menudo superiores a las que se encuentran en los dispensarios.

  • Granjas con licencia (en modo discreto): Algunas participan para liquidar existencias excedentes o productos que no cumplen con las normas oficiales.

  • Hashmakers y extractores: Aquí es donde se encuentran los mejores rosins, diamantes y otros concentrados artesanales que no siempre están disponibles en el mercado legal.

  • Revendedores: Algunos traen lotes enteros de marihuana de otros estados como Oregón u Oklahoma, donde los precios son mucho más bajos.

  • Consumidores y revendedores de calle: Individuos que compran para su consumo personal, pero también revendedores que compran al por mayor para abastecer sus propias redes.

Estos eventos a menudo están mejor surtidos que los dispensarios y ofrecen precios más atractivos. En una sesión, es posible acceder a genéticas de élite, flores perfectamente curadas y extracciones de pureza excepcional, todo sin pasar por el intermediario de los impuestos y las regulaciones.

La Ausencia de Trazabilidad: La Cara Oscura

Si bien las sesiones son un paraíso para los amantes del cannabis de calidad, presentan un inconveniente importante: la total falta de trazabilidad y control sanitario. A diferencia del mercado legal, donde cada lote es probado en laboratorio para verificar la presencia de pesticidas, moho, metales pesados y solventes residuales, nada de esto existe en una sesión.

Un consumidor puede encontrarse con marihuana cultivada de manera completamente orgánica y cuidada, o con un lote que contiene residuos de pesticidas prohibidos o flores mal enjuagadas cargadas de sales minerales. Peor aún, algunos concentrados pueden contener trazas de butano purgado de manera apresurada o solventes peligrosos para la salud.

Aquí radica todo el paroxismo de la legalización californiana: al imponer una tributación excesiva, el estado ha empujado a los consumidores hacia un mercado no regulado, donde la seguridad sanitaria ya no está garantizada.

El Verdadero Problema: Una Tributación Prohibitiva

Se suponía que la legalización del cannabis erradicaría el mercado negro y ofrecería a los consumidores productos seguros y trazables. Pero, en lugar de eso, el estado ha impuesto una tributación tan pesada que incluso los dispensarios legales luchan por sobrevivir. Entre el impuesto de cultivo, el de distribución, el de venta y los impuestos locales, un solo gramo de cannabis puede ver su precio aumentar un 50% en un dispensario en comparación con las sesiones.

¿El resultado? Los consumidores prefieren comprar en estos eventos underground, y los productores, incluso los que tienen licencia, se ven obligados a eludir el sistema para evitar la quiebra financiera.

No es la legalización lo que es un fracaso, es la tributación lo que la hace inviable. Mientras las tasas sigan siendo excesivas, las sesiones seguirán existiendo y prosperando.

Hacia una Legalización Inteligente



 

Comments


bottom of page